No sé si se habrán percatado de ello, pero, de un día para otro, parece que medio mundo ha adquirido el grado de experto en materias como la política exterior, los derechos civiles o, sobre todo, en lo concerniente a los muros.

El runrún comenzó cuando un multimillonario americano, de flequillo indómito, se propuso conquistar la presidencia de Estados Unidos. Y ha continuado, con mayor resonancia, después de que el outsider accediese al despacho oval. No es extraño que se hable de aquello que se ha situado como asunto recurrente en las proclamas de quien ocupa uno de los principales centros de poder mundial.

Pero sí confunde un poco que, ahora, haya tanta gente manifestándose contra el futuro muro de Trump, cuando casi nadie hizo lo propio con el levantamiento de centenares de kilómetros de valla, entre EEUU y México, impulsados por la Administración Clinton, durante la década de los ´90. Uno puede ser favorable o contrario al alzamiento de parapetos entre estados.

Pero no es lógico que haya quien se pronuncie en contra o a favor de los mismos en función de su altura, grosor o robustez. Se puede estar a favor de la libre circulación de personas o de las restricciones al paso de esos mismos seres humanos (otra cosa es la consideración moral que nos merezcan cada una de estas posturas). Pero no es posible apoyar ambas posiciones, porque son absolutamente contrapuestas.

Por eso, si hacemos balance de lo ocurrido, nos percataremos de que mucha gente ha clamado contra aquello mismo frente a lo que hizo 'mutis por el foro' cuando estaba sucediendo hace no demasiado tiempo. Y es que algunos de esos que se escandalizan con los futuros muros de allende los mares, son los mismos que jamás han dicho ni ‘mu’ a propósito de otras vallas más cercanas, o esos otros que no soportan que un foráneo entre a trabajar en una empresa local. De lo que hablo, por tanto, no es solo del muro, sino de la incoherencia y la falsedad, del tacticismo y seguidismo, y del egoísmo que habita en algunos de esos que solo se muestran bienintencionados cuando las situaciones les son lejanas.