Ciudadanos ha echado cuentas y se ha enterado de que sin implantación territorial en Extremadura no se come un colín en las próximas elecciones. Por esta razón, ha empezado a extender su red, fichando a un sin fin de voluntarios que quieren aprovecharse de la ola que viene de Madrid o últimamente de Cataluña. Se puede decir que el naranja está de moda para desgracia de los rojos, los azules y los morados. Y nadie se resiste a las tentaciones de la moda, ni los neófitos de la política ni, con más razón, los veteranos o arrepentidos de otras formaciones.

Esta semana hemos sabido los últimos fichajes de los de Rivera en Extremadura y sobresale la figura de Fernando Balsega. Destacado dirigente del PP en la época de Juan Ignacio Barrero y Carlos Floriano, se fue del partido hace dos años y medio y ahora asume, nada más y nada menos, que la secretaría de organización de la formación naranja en la provincia de Badajoz. Baselga se conoce a la perfección el territorio porque ya lo pateó en tiempos, sabe dónde están los votos y dónde hay que fichar candidatos. Ciudadanos, por su parte, está tan verde en estos menesteres que una persona que conozca las claves puede darle los resultados que necesita. Miel sobre hojuelas.

El caso de Baselga no es excepcional, hay otros ‘trasvases’ aunque sin cargos de responsabilidad. Y aunque el asunto puede afectar a Ciudadanos al estar incorporando a arrepentidos o descartes del PP, la dirección no tiene inconveniente en correr ese riesgo; sabe lo importante que es la implantación territorial y hacerse de una estructura rural que le acarree votos a nivel regional. Hay que tener en cuenta que en las próximas elecciones, señaladas para el 26 de mayo del 2019, van a coincidir casi con toda seguridad tres urnas en las mesas electorales: europeas, municipales y autonómicas. En las primeras, ya se encarga Rivera de meter los votos, pero en las segundas hay que buscar un candidato adecuado para, de paso, ayudar a sumar apoyos en las autonómicas. No en vano, hay votantes que diversifican sus papeletas, pero no es la habitual. La mayoría no cambia de color y el hecho de que coincidan las europeas con el resto es tan bueno para Ciudadanos como malo para los demás.

UNO DE LOS GRANDES méritos del PP de la pasada legislatura fue extender su estructura de partido. Hasta que no lo hizo no le ganó las elecciones al PSOE, partido por antonomasia en Extremadura hasta ese momento, dotado de la mejor estructura territorial. Ahora ambos se reparten casi el 80% de los votos a nivel autonómico y la razón príncipal de ello son sus gobiernos en los distintos ayuntamientos y la presentación de alternativas solventes.

Ciudadanos pretende llegar a mayo del 2019 con las mismas cartas que los dos grandes, alcanzar como poco el 80% del censo y multiplicar exponencialmente su número de concejales. En 2015 los naranjas lograron 38 ediles en toda la región, una cifra insignificante frente a los 1.295 que cosechó el PP y los 1.642 que alcanzó el PSOE. Ese resultado municipal coincidió con que Ciudadanos obtuvo un único diputado en el Parlamento autonómico, mientras que el PP se fue a 28 y el PSOE a 30. Podemos, entonces en alza, que logró 122 concejales, alcanzó una representación mucho mejor: 6 diputados. De ahí la importancia de que lo municipal esté presente en unos comicios, porque dejarlo todo al impulso nacional puede acarrear apoyos, pero nunca se adquirirá el peso específico necesario para poner o quitar gobiernos..

En los mentideros políticos de la región se da por hecho que Ciudadanos tendrá poder de decisión sobre el futuro gobierno regional. Nadie le da ganador, pero sí socio o bastón del futuro Ejecutivo, sea el PSOE, sea el PP. Queda aún mucho tiempo para la cita, y en ese tiempo puede ocurrir de todo, incluso que Rajoy se recupere electoralmente o que Pedro Sánchez empiece a sumar en lugar de restar. Así y todo, los partidos se vigilan entre sí y saben que la partida no se juega a dos bandas, sino a cuatro porque Podemos también pretende decidir en la medida de sus posibilidades y de los acuerdos que pueda alcanzar con Izquierda Unida. Que las mayorías absolutas quedaron atrás lo sabe todo el mundo, ahora no sólo hay que ganar las elecciones, hay que tener arte para que quien tenga la llave del gobierno te la dé en los días sucesivos. El espectro electoral se abre, la pregunta es cuánto.