WAw poco más de una semana de las elecciones autonómicas en Galicia, la campaña gallega se recrudece. El Partido Popular continúa atascado en las encuestas, que reiteradamente le niegan la mayoría absoluta imprescindible para que Manuel Fraga siga en la presidencia. Después de que el candidato popular haya asegurado que un Gobierno de socialistas y nacionalistas podría atraer el terrorismo a Galicia, es difícil que la campaña del miedo y el tremendismo del PP pueda ir aún a más. La intriga es saber si generará más irritación o inquietud por la alternancia entre los electores dubitativos.

Mientras, el PSG-PSOE parece acercarse al techo electoral que llevó en su día a la presidencia a González Laxe. Su candidato, Pérez Touriño, progresa, aunque no acabe de fijar una imagen presidencial creíble. La principal novedad de las encuestas es que los augurios de un descalabro del BNG tras el portazo del histórico Beiras se han estrellado contra la realidad de un nacionalismo enraizado en la sociedad y contra la vigorosa campaña de su nuevo líder, Anxo Quintana. Todo dependerá de cómo se decanten el 30% de indecisos. Pero la actitud de un Fraga nervioso e irritable demuestra que el cambio es cada vez más posible.