El presidente de Francia Nicolas Sarkozy no aguanta que no le saluden. Ya lo hizo hace meses, cuando se enfrentó a un ciudadano que lo ignoró y lo ha vuelto a hacer con dos trabajadores de la televisión, que no correspondieron a su saludo. De acuerdo que los primeros son maleducados, pero el presidente, al cabrearse, se puso a su altura. Y es el presidente.