Conforme avanza la polémica por la expulsión de gitanos rumanos de Francia, su presidente, Nicolas Sarkozy , avanza también en el descrédito. Sarkozy ha contestado con cajas destempladas a la vicepresidenta europea, impulsora de que se le abra expediente al Estado galo, la luxemburguesa Viviane Reding, y le ha espetado que si tanto le importan los gitanos los acoja en su país.