TLta lectura de las recientes encuestas de intención de voto que tanto han agradado al PP tienen una lectura poco grata para ellos: El PSOE baja en intención de votos y el PP mantiene los suyos. Esto significa dos cosas. Una, que a pesar de los problemas de los socialistas, los populares no les arañan votos. Dos, que lo que suceda de aquí en adelante solamente depende del PSOE, no del PP. Es decir, que está en manos de los socialistas recuperar o no esos votos, pero parece que nunca irán al PP.

A medio plazo tendremos dos cuestiones que podrán darnos una pista sobre esa hipotética recuperación.

En primer lugar la percepción que tengan los ciudadanos de la aprobación de la Ley de Educación con el consenso de las asociaciones de colegios concertados religiosos, profesores de Religión y de colegios privados además de todos los partidos excepto el Popular y sin excesivas cautelas de los obispos.

En segundo lugar si se llega a aprobar el Estatuto de Cataluña con todas las bendiciones constitucionales y no se rompe nada, el jaleo armado será un arma para el presidente, pues si había de ser el culpable del mal será el héroe del bien. En tercer lugar, y como resumen, cómo se valorará el hecho de que todo el mundo se siente a hablar excepto el PP.

Las estrategias de los partidos opositores van dirigidas a corto plazo a desgastar al Gobierno, como es natural. Lo malo es que a veces desgastan más a la propia oposición Y este puede ser el caso. De manera que probablemente será necesario inventar otra estrategia para salvar la anterior estrategia y no quedar en ridículo. A muchos nos parece que esta clase de estrategias no conducen a ninguna parte. O quizás, sí.

*Profesor