Es difícil escribir esta carta. En nuestra sociedad aún hay temas tabú, asuntos de los que cuesta hablar. Pero quisiera decir que somos muchos los que hemos vivido abusos sexuales en la infancia y adolescencia. Esto te marca de por vida. Con los años, la ayuda de especialistas y mucha voluntad consigues superar una parte del sufrimiento y traumas que ese abuso te deja. Pero es imposible superarlo del todo. Son abusos físicos y psíquicos, durante años, de un adulto a niños que apenas miden un metro, pesan 25 kilogramos y viven en la ingenuidad más absoluta. Aún es más complicado si lo lees cada día en la prensa, donde se plasma hasta el más mínimo detalle y se lleva el morbo al límite. O cuando para intentar relajarme por la noche, veo una serie en la televisión, tumbada en el sofá, y aparecen casos como el mío, en que un padre abusa de su hija, o una colección de pederastas en un colegio, en un barrio lleno de vecinos o en su propia casa. Pido respeto y, sobre todo, más protección de los medios de comunicación a las personas que hemos recibido abusos sexuales. Creo que no hay necesidad de ser tan escabrosos ni de dar tantos detalles sobre este tema. Nosotros y nuestras familias siempre sufrimos al verlo, porque esto hace que sea imposible olvidar y vivir con tranquilidad, que después de tantos años ya necesitamos.

V.S.M. **

Correo electrónico