El gobernador del Banco de España ha dado mes y medio a las Cajas de Ahorros para que lleven a cabo de una vez la reforma pendiente, porque, de otra forma, el problema del sector financiero, puede ser muy grave. La nueva o renovada crisis de Irlanda y Portugal, sumada a la griega, puede acabar desatando el efecto contagio sobre España y eso haría que nuestra salida de la crisis sea aún más lenta. O que nos hundamos más. Sumado eso a una reforma laboral que, como se ha demostrado es insuficiente para crear empleo y a la imprescindible reforma de las pensiones, que se prometió para diciembre, pero que ni siquiera se ha convocado el pacto de Toledo y que vienen vacaciones parlamentarias, tengan por seguro que hasta abril, si hay suerte, no empezará el debate en este terreno.

Pero es que para abordar esas reformas y algunas más que son imprescindibles, se necesitan amplios consensos, acuerdos mayoritarios, y, dado que en 2011 hay elecciones municipales y autonómicas y que en 2012, o antes, habrá elecciones generales, ¿alguien cree que los partidos van a demostrar altura de miras y generosidad para renunciar a algunos de sus postulados y buscar el acuerdo? Para arañar votos, ¿preferirán llevar a sus programas promesas imposibles de cumplir, y que tampoco piensa cumplir por otra parte? No es que estemos siempre en campaña electoral, es que ahora estamos en un cambio de rumbo. Y cuando se otean vientos de cambio, unos no quieren saber nada y otros están dispuestos a lo que sea para machacar al rival. Y los ciudadanos, las empresas y la economía, al pairo.

Si alguien tiene algo de poder en esto de la política, que no debe ser sólo puro teatro , fuegos de artificio, tendría que suspender las vacaciones de los políticos. Al menos hasta que aprueben el examen o propongan una salida. No tiene sentido que haya vacaciones parlamentarias cuando tenemos encima de la mesa una situación crítica, cuando el paro no cesa, hay que hacer más recortes del gasto y los ingresos van a disminuir y no se hace nada. La realidad es terca y parece que nadie está dispuesto a verla como es. Seguimos pidiendo dinero al exterior para financiarnos, cada vez con mayores intereses. Y si pides un préstamo a un banco o te sobra el dinero --y entonces, ¿para qué vas a pedir un préstamo a nadie?-- o no te lo dan. Bancos y cajas andan empeñados en una carrera para que los ciudadanos les dejen su dinero y luego se lo niegan a los ciudadanos y a las empresas. Esto es un despropósito. Por eso, si. Además de lo que hay, entramos en la carrera electoral, despídanse de reformas. Entonces lo que toca es buscar votos, no acuerdos.