THtay que fijarse en estos detalles o te vas de este mundo sin conocerte. Acabo de descubrir que no sé firmar. Ya me temía algo desde hace tiempo pero me he detenido a contemplar mi firma y he comprobado que ejecuto un garabato en el que ni aparecen mi nombre ni mi apellido y, lo peor, cada garabato es diferente al anterior. Antes, hace unos meses, descubrí que pienso con el teclado del ordenador en el cerebro.

Pienso localizando cada letra en un lugar del cerebro que corresponde a su lugar en el teclado. No me ha alarmado mucho porque debe ser una deformación profesional, pero es un detalle. Ahora que lo de no saber firmar me preocupa. ¿Y si un día alguien tiene la ocurrencia de mirar mi firma y comprobarla con la de mi tarjeta o DNI? ¿Y la cantidad de libros (no muchos, la verdad) que he firmado en un mismo acto y que cotejados parecen que los están firmando dos o tres dramaturgos al mismo tiempo?

No sé firmar y mi garabato no da información alguna sobre mí. Y, encima, pienso con el teclado del ordenador.

Por cierto, también he averiguado que como por impulsos emotivos. Si estoy feliz, como poco, y si estoy preocupado, me atiborro de comida. O sea que si alguien quiere información sobre mí, puede venir a verme comer, pero que no mire mi firma y que no haga caso de mis pensamientos localizados .

Para aquellos que al leer esto piensen en un tratamiento psicológico o algo por el estilo, sólo les recomiendo que se detengan un instante y analicen estos pequeños detalles que no tienen que ver con trastorno de la psique y sí con esas pequeñas manías, esos desgastes que afectan a la maquinaria fungible de nuestro cuerpo y que con los años nos erosionan y nos mudan.

*Dramaturgo y directordel consorcio López de Ayala