Dramaturgo

No me joas... me dice mi vecino cuando le comento que es imposible alejar a los del botellón del hospital provincial. No me joas... me dice cuando le explico que hay que esperar a no sé qué ley para decirles que aquello es un hospital y, por lo tanto, largo de aquí con el ruido, los orines y otras cosas que atentan contra la salud pública y la dignidad de los enfermos. No me joas... cuando le digo que es cosa de esperar a que la Junta saque la ley y, mientras tanto, el Ayuntamiento de Badajoz no puede hacer nada. No me joas... me dice sin dar crédito a que este problema sea otra oportunidad de enfrentamiento ayuntamiento-Junta.

No me joas... me dice porque seguro que en los soportales del palacio municipal y en sus aparcamientos, en la acera del cuartel de la Guardia Civil de Castelar o dentro de la catedral, si se proponen hacer allí botellones , iban a durar menos que un pastel en la puerta de una escuela y se iban sin esperar a la ley. No me joas... me dice cuando se entera de que más de una noche se han acercado los municipales a la terraza del López para decir que la música de Karina o los Play Boys estaba un poco alta y podía molestar a vecinos y enfermos del hospital. No me joas... me dice cuando sabe que hay medios para evitar que una familia que vela a un difunto tenga que estar bailando el Aserejé por güevos y dándose el pésame a gritos porque en las puertas hay grupos que beben y beben y vuelven a beber. No me joas... que en Badajoz multe el ayuntamiento a unos jóvenes por repartir folletos informativos solidarios sobre el 0,7% y se permita que a las puertas de un hospital haya jarana y cachondeo insolidarios con los pacientes . ¡No me joas...!