Como ciudadano, votante y pagador de impuestos (esta es la traducción literal de la expresión utilizada en Inglaterra y Alemania: tax payer y Steuerzahler) me gustaría que no se olvidaran otras posibles responsabilidades, además de las de la compañía Spanair, en la tragedia aérea en el aeropuerto madrileño de Barajas.

Pido, exijo que no quede la más mínima sombra sobre cada una de las cuestiones: cuántos inspectores estatales hay en Barajas, cuántos debería haber dado el movimiento de un aeropuerto tan importante, si es cierto, como se ha dicho, que en Barajas solamente hay cuatro inspectores, si es cierto que de ellos dos estaban de vacaciones, si es cierto, como también se ha dicho, que de los dos uno estaba de baja por depresión. Y alguna otra cuestión que tenga cualquier lector.

Porque, además de que las compañías tengan sus técnicos e ingenieros, el estado, representado por alguien extraño a la compañía, debe velar también por la seguridad de los ciudadanos.

Y no se debería dar un solo caso en que no interviniera el estado por uno de sus inspectores después de que se haya detectado una incidencia y después de que la haya tratado de arreglar el personal especializado de la compañía que sea.

Que los ciudadanos pidan claridad extrema. Es su propia seguridad la que está en juego. Que no permitan, como he leído en el teletexto, que el gobierno intente desviar la presión sobre la compañía. La que tenga la compañía es suya, pero si alguna tiene el gobierno, queremos saber cuál es y qué consecuencias acarrea.

Severiano Talavero Tovar **

Casar de Cáceres