El único ser que deambula por este mundo que diferencia el bien del mal es el humano llamado persona, aunque algunos lo confunden. Lo ponen en evidencia los que viven de la política al no considerar punibles fallos y errores que avergüenzan, que se triplique el costo de un presupuesto multimillonario, incapacidad de poner orden a un grupo de rebeldes, abogados que bailan al son de sus homólogos regionales incapaces de contrarrestar sus artimañas, que sirven para alargar el juego para seguir haciendo daño. Parecía que solo en una república bananera podía ocurrir, que los protagonistas de lo que se lee, visiona y escucha en televisión, crítica, calumnia, ofensa, desprecio sobre la nación y sus representantes, y aún más grave, ponerla en evidencia internacional, anden sueltos. Es muy preocupante que existan incautos que se creen la patraña «todo fue simbólico», sugiriendo perdón para los responsables del desastre. Inaudito. El miedo sigue latente, los industriales alemanes de Tejido Empresarial de Cataluña abroncaron a Torrent, criticaron la causa del conflicto y el dramático enfrentamiento de familias, aclarando, voto para que todos ustedes vayan a la cárcel. Si se viola la Constitución nos vamos. Más claro. Será verdad lo que aconsejaron a un padre preocupado al no poder sacar provecho de su hijo. Métalo en política.