Sonaban los nombres de siempre, como el japonés Murakami o los estadounidenses Don DeLillo y Philip Roth, algún escritor más exótico como el keniata Wa Thiong’o e incluso el español Javier Marías, pero el Nobel de literatura ha vuelto a sorprendernos con Robert Allen Zimmerman, un poeta de 75 años que canta y pone música a sus creaciones, y que es más conocido por su seudónimo, nada más y nada menos que Bob Dylan, toda una estrella del mundo de la música folk y pop y un referente de la cultura popular del siglo XX. Lo cierto es que Dylan ya había sonado hace años como candidato y que ilustres colegas suyos como Leonard Cohen (Premio Príncipe de Asturias) habían accedido en su día al reconocimiento literario, pero su caso es el primero de un cantante que merece el galardón de la Academia sueca, un hecho insólito en los más de cien años de historia del Nobel. Bob Dylan ha sido un mito indiscutible que aún se mantiene en pie. Con altos y bajos, desde su eclosión en los 60 y 70, su paso de lo acústico a lo eléctrico, sus múltiples resurrecciones y su gira eterna, es un referente musical de primer orden que ahora también merece el aplauso por sus letras, por la atmósfera poética de un universo personal que trasciende países y generaciones.