Escritor

Estas noches de Carnaval han dado mucho de sí. Badajoz ha acogido lo peor de la noche durante estos días y ayer el concejal de Limpieza se examinaba en Localia ante el búho. Tiene este concejal aspecto de haber dejado el seminario ayer y pasarse con armas y bagajes al gobierno municipal. Se habla de la limpieza como de la operación "tormenta del desierto".

--Por qué no pusieron urinarios móviles. El orín corría la calle del Obispo abajo.

Por esa calle corría la sangre el 15 de agosto del 36.

Es decir, que el personal está tan contento, es tan feliz, que ve un urinario andante y se lo lleva a su casa.

--¿Y contenedores..., por qué no los pusieron?

--Porque se los llevan también. Pone usted un contenedor en San Roque y termina en San Fernando.

La televisión da en esos momentos unas imágenes que Aznar ya nos ha asegurado, que Bagdad quedará mucho mejor después que descarguen las bombas los B-52. Pero las imágenes de Localia son espeluznantes. No se sabía qué ciudad era aquella. Al parecer, el alcalde de Almendralejo ha felicitado a Celdrán por dejar su ciudad libre de indeseables al menos por una noche. Badajoz, durante tres días, parecía un estercolero. Hay plazas que han sido lavadas con lejía dos veces. Gracias todas a que Avila, que así se llama el concejal, tiene la pituitaria en excelente estado perdiguero.

Una noche así da para todo, y de todo yo elijo a esa pareja que él sale de casa con la navaja en el bolsillo. ¿Cuántos la llevarían? Esa es la gran duda. Así que éste salió con la suya pensando a qué hora le asestaría a su esposa la primera puñalada. A lo mejor hasta se darían un primer beso mientras ella orinaba de pie, que es la última forma de hacerlo en Badajoz. Estamos en una ciudad que acoge a meones de todas las calañas. Hasta el próximo jueves no se podrá dar el visto bueno en lejía a la ciudad. Ayer EL PERIODICO sacaba a Celdrán subiendo en el ascensor. Y al concejal le dieron el Oscar de la Limpieza. O sea, como a Bush por la guerra. Badajoz no sale de su asombro.