Que si Julián Muñoz se muere de amor en la cárcel. Que si el presidente del Madrid mantiene en el cargo una semana más al entrenador Fabio Capelo . Que si Belén Esteban , la ex de Jesulín , clava sus largas uñas en la carne dolorida de María José Campanario , la esposa actual y recientemente madre- Es sorprendente, los españoles nos entretenemos con estas y otras banalidades, mientras, a nuestro alrededor, crece y crece, según nos dicen, la crispación política.

Tiene más audiencia en televisión un partido de fútbol que varias manifestaciones como la del sábado del PP en Madrid juntas. Ahí están los datos del Bar§a-Madrid, esa misma tarde-noche: lo vieron nada menos que 7.250.000 espectadores, el 45% de la audiencia- Y qué decir, por ejemplo, del programa de Telecinco Aquí hay tomate o Corazón, Corazón , de TVE, o ¿Dónde estás corazón? , de Antena 3. Cualquiera de los tres reúne en torno a la televisión más que ocho o diez manifestaciones, como la convocada por los sindicatos y el PSOE contra el atentado de Barajas.

A cambio, no se ha producido una subida espectacular del número de espectadores que ven los grandes informativos de las cadenas nacionales. Más bien permanecen estancados: apenas tres millones de media, el Telediario de la Primera y Noticias de Antena 3. Y algo similar se podría decir de la prensa escrita o la radio.

¿Qué significa esto? No sabemos si es que al españolito medio le importa un bledo la famosa crispación, o que le afecta tanto que prefiere refugiarse en la charla intrascendente de peluquería o en la no menos intranscendente tertulia deportiva del bar.

EL BALSAMO no es nuevo. Los romanos pedían, sobre todo, pan y circo para ser felices y no pensar en otros problemas, y, más recientemente, el franquismo usó y abusó del fútbol para tener amansado al pueblo llano.

Pero ahora el momento histórico es otro muy diferente. Asistimos a un cruce de informaciones intencionadas de unos contra otros en determinados medios nacionales, y no sabemos cual será el final. Es probable que la crispación haya salido de algunos de esos medios, que después haya entrado en el Parlamento, y, si nadie lo remedia, acabe bajando a la calle y propagándose entre los ciudadanos.

También es mala suerte que nuestra querida patria esté tan lastrada por su pasado y le cueste salir adelante más que a otras. Siempre estamos mirando hacia atrás, nunca nos ponemos de acuerdo. Aquí seguimos echándonos a la cara los muertos de la Guerra Civil, o discutiendo quién tuvo más culpa por la masacre del 11-M, por no hablar del enorme daño que han hecho a la convivencia de los españoles los asesinatos de ETA, y la forma de acabar con ella.

Llegados a este punto, ¿habrá que agradecerle al fútbol, las motos, Fernando Alonso y la vida sentimental de los famosos que no terminemos, una vez más, a garrotazos? ¿Nos importa más si Ronaldinho ha perdido músculo y no trota por el campo cual ángel zigzagueando, con una pelota a sus pies? ¿O si Ortega Cano vuelve a los ruedos y asegura que ha hablado con Rocío Jurado ?

Pues eso parece. Y mientras unos y otros se zurran la badana, siempre nos quedará el dulce entretenimiento de crucificar con la palabra a Capelo o compadecer a la meláncolica Isabel Pantoja .

*Periodista de TVE Extremadura