WEw l Gobierno de coalición de centroderecha alemán ha revocado el acuerdo firmado hace ocho años por la coalición entre socialdemócratas y verdes sobre las centrales nucleares. Angela Merkel quiere alargar la vida de las 17 que ya funcionan hasta un periodo máximo que finalizaría en el 2040, cuando el pacto anterior lo situaba en el 2022. El cambio de opinión sobre una materia tan delicada y sensible ya ha levantado ampollas porque la población alemana es muy sensible a la cuestión nuclear, en especial desde el grave accidente de Chernóbil en 1986. Merkel tratará de evitar que esta cuestión pase por la Cámara alta, donde no tiene mayoría, y la empaquetará en el programa general energético que prepara su Gobierno. La batalla política será dura y no es del todo seguro que el Ejecutivo que forman socialcristianos, cristianodemócratas y liberales la gane. Pero todo indica que la verdadera cuestión de fondo es más económica que política. Las cuatro eléctricas dueñas de las centrales han dado saltos de alegría al conocer la decisión, que les podría suponer unas ganancias adicionales durante el periodo de ampliación de 127.000 millones. Merkel planea que el Estado obtenga unos 30.000 millones de esa cantidad por diversos caminos. Destinará la mitad a reducir déficit público y el resto a apoyar el desarrollo de energías alternativas. Más que una cuestión ideológica, la decisión conecta con una política económica que de momento cosecha grandes éxitos y que supedita cualquier decisión al objetivo de salir del bache con la economía fortalecida.