Creo que quedan pocas instituciones solventes que no se hayan manifestado a favor, no ya de la continuidad de las centrales nucleares, sino de crear nuevas con la urgencia posible. Lo han hecho muchas entidades nacionales, gobernadas por gente de la derecha y de la izquierda, y acaba de sumarse al club , la propia Comisión Europa con dos razones --hay muchas más-- de primer orden: la creciente dependencia de Rusia (y los peligros que ello comporta) y la ventaja de la energía nuclear en la lucha contra el cambio climático. En el caso español, además, nuestra dependencia energética exterior es casi total, de un 85 por ciento aproximadamente. En Europa sólo nos superan Italia, Portugal, Luxemburgo, Letonia, Irlanda y Chipre. Y dependemos, además, de un petróleo cada vez más caro y de un gas que viene de Argelia. En el caso de Europa las importaciones de gas y petróleo de Rusia son del 40 y del 32 por ciento, respectivamente. Y dados los problemas internos de Rusia y de los países limítrofes --Bielorrusia acaba de amenazar con costar el paso del gas ruso hacia Europa y con Ucrania aún está reciente el conflicto-- los riesgos crecen exponencialmente.

XFRANCIA ESx el segundo país del mundo por reactores nucleares sólo superada por Estados Unidos; Inglaterra tiene en funcionamiento 23 centrales y Blair ha anunciado su propósito de crear más; Finlandia inaugurará una en 2009; Italia cerró las cuatro que tenía y ahora es el principal importador de energía del mundo: Sólo España --que aprobó una moratoria nuclear hace dos décadas-- y Alemania mantienen planes de cierre de centrales, pero, al menos en el caso español, nadie ha explicado cómo se va a sustituir la energía que producen las nucleares. Si es con las energías alternativas, ni por precio ni por volumen parece posible a medio plazo. Y si es por cuestiones ecológicas, está demostrado, lo acaba de reiterar la Comisión Europea, que será imposible reducir las emisiones de CO2 si se acaba con la energía nuclear. No se sabe nada de la Mesa de diálogo que convocó el anterior ministro de Industria, José Montilla , pero Zapatero , cada vez que ha tenido oportunidad, ha dicho que sigue adelante el plan de desmantelamiento. Tras cerrar la de José Cabrera en Guadalajara, en 2009 le llegará el turno a Garoña en Burgos.

La energía nuclear es la más segura, la que más garantiza la independencia energética de España y la menos contaminante. Una decisión sobre este asunto es mucho más importante que el futuro de Endesa, aunque a ello le haya dedicado el Gobierno infinitas horas más que a un debate fundamental para la economía española. Si ahora se cambia el plan, llegaremos tarde porque una central nuclear no se construye en dos días. Pero si no se cambia nos acercaremos al suicidio energético.

*Periodista