Ajada no solo porque sea mayor, no solo porque esté deslucida, no solo porque esté marchita, ajada porque está cansada. Cansada de tanto tonto que confunde saber enseñar a niños con saber obedecer a adultos según los deseos del primer complemento indirecto, cansada de acatar leyes infructuosas ajenas a la realidad educativa que obliga a justificar con cien papeles una simple nota, cansada de que cualquiera sepa más que ella.

Mayor porque la endogamia obligada a la que los claustros se han visto abocados por la amortización de las plazas en sus plantillas, bien por jubilación, traslado o supresión, o bien por el aumento de horas lectivas, aumenta la edad media del profesorado con el consiguiente peligro de desgaste emocional, físico y pedagógico, únicamente superado con el esfuerzo individual y colectivo que sin reconocimiento se está realizando en los centros.

Marchita porque la educación no es el florero, son las flores. Si nos empeñamos en pasar años buscando la maceta perfecta, acabaremos no teniendo nada que meter en ella. Busquemos mejorar en las raíces, en la tierra, desde abajo, a quien siembra, a quien cuida y a quien recolecta y, por último, que el vendedor, el político, que le busque el envoltorio que mejor se adapte.

Deslucida porque no se aprecia su importancia y relevancia en una sociedad que valora más el éxito sin esfuerzo que el esfuerzo con éxito, siendo el primero mucho más apreciado que el segundo. Una sociedad que valora más un ránking televisivo que un título académico y, por último, una sociedad que no valora a sus maestros no valora su futuro como bien se expresa en «Las maestras de la República».

Ayer el Senado rechazó pedir un debate sobre los deberes escolares. Imagínense como debemos de andar que una cuestión meramente profesional, circunscrita al ámbito, escuela-tutor-familia, se quiere llevar al Congreso de los Diputados.

Llegados a este punto nadie debiera dudar de que es necesario cambiar nuestro modelo educativo, nuestra sociedad y nuestro respeto a la Educación y a sus profesionales.

* Maestro