Mujer de campo, mujer de letras, mujer de punto, mujer de su casa, mujer fatal... Sí, estamos clasificadas como si fuéramos hormigas. La situación de la mujer ha cambiado mucho en España. Con el paso de los años, ha logrado una mayor presencia en la sociedad, pero eso no significa que todos los problemas hayan acabado. ¿Qué pasa con los malos tratos? ¿Y el papel de la mujer en el trabajo? Hoy en día muchas mujeres siguen sufriendo malos tratos, los cuales no se consideran delitos de verdad, solo problemas de carácter doméstico. Pocas mujeres denuncian a su marido, y si lo hacen, a causa de la lentitud de la ley acaban muriendo a manos del hombre al que amaban. Se han reformado las leyes para intentar apartar al agresor de la mujer e intentar solucionar esta tragedia, pero las muertes van en aumento. Muchos creen que en la educación podemos encontrar un gran aliado para evitar esta tragedia. El Gobierno ha incorporado una nueva asignatura, Educación para la Ciudadanía, que trata del respeto, la tolerancia y cómo resolver conflictos sin llegar a la violencia. Espero que no nos olvidemos de que la función básica del docente es enseñar dónde está Japón y en qué fecha se escribieron los primeros textos en castellano. Son los padres quienes deben educar a sus hijos, no los profesores. Dudo de que esta nueva asignatura evite muertes, dolor y lágrimas a las víctimas de los malos tratos. Si no se actúa inmediatamente, la situación perdurará, y seguiremos estando clasificadas como si fuéramos hormigas: mujer objeto, mujer perdida, mujer pública, mujer pobre, mujer buena...

Tamara Puerto Rubio **

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