Tiene razón el PP cuando dice que sólo por obcecación puede entenderse todo lo que está haciendo el Gobierno en torno a Endesa. Yo añadiría obsesión. El grado de interés, primero porque la eléctrica fuera a parar a manos catalanas; después todos los movimientos vergonzantes que han realizado para que los alemanes no fueran el caballero blanco que salvara a Endesa de una oferta cicatera y engañosa, y ahora la tropelía de querer dejarla en manos del Gobierno italiano.

Dicen que han tenido intuiciones cuando han adelantado la noticia de un pacto para echar a E.On de la carrera, cuando estaba ya estaba en el último kilómetro y han olvidado los dosieres elaborados por Moncloa contra los alemanes porque un lander tenía menos de un 3% del capital de E.On. Es todo tan escandaloso que el primer partido de la oposición ha denunciado ante la CNMV una posible concertación. Parece que los alemanes no se van a quedar con las manos cruzadas. El miércoles presentan resultados y todo apunta a que Bernotat aprovechará la rueda de prensa para avanzar cuáles serán sus pasos a partir de este momento.

Está claro que la irrupción de Enel, en plan chulesco, va a volver a judicializar la opa y que esto supondrá una nueva paralización. Además, los accionistas minoritarios volverán a no saber qué hacer. Muchos han dado a sus bancos las órdenes de venta a E.On, órdenes que no pueden revocar. Tampoco creo que la reunión que el jueves mantendrán Angela Merkel y Zapatero sera inocua. El enfado debe ser monumental en Alemania y así se lo harán saber al presidente español. No está todo dicho eso es evidente en esta operación, lo más evidente es que de nuevo el Gobierno se ha metido hasta las cachas en una operación que parecía por fin iba a ser entre empresas y que la decisión la iban a tomar los accionistas. Es un bochorno de tal magnitud que sólo la otra decisión de esta semana: la excarcelación del asesesino De Juana puede hacerle sombra. El espectáculo y el mensaje que este Gobierno está dando a los inversores es terrorífico. Aquí no se respeta el mercado, se cambian las leyes, se fabrican si hace falta con tal de que una empresa española y privada pase a manos de quien esté a favor de lo que quiere el Gobierno y se lleve por delante a Manuel Pizarro .

*Periodista