En relación con el reciente nombramiento del hasta ahora obispo de la Diócesis de Coria-Cáceres como obispo de Albacete, en primer lugar queremos desearle lo mejor para él como extremeño y hombre de Iglesia, así como para su diócesis porque han tenido la suerte de que Ciriaco sea su pastor. Le hemos manifestado que además de testigo y embajador de Cristo sea también embajador de nuestra tierra en su nueva Diócesis.

En lo que se refiere a su sucesor en la Diócesis de Coria-Cáceres creemos que debiera ser un extremeño, ya que el cariño, la cercanía y el conocimiento de nuestra tierra y nuestra gente, de nuestros ideales es fundamental para que se pueda dar una simbiosis Iglesia-pueblo, como la que ha tenido con toda humildad Ciriaco Benavente. Ciriaco ha demostrado que se puede ser de la tierra y ser buen obispo, y además obispo cercano, de calle y colaborador con la sociedad civil.

Por otra parte, es necesario seguir teniendo la voluntad de que Guadalupe se integre en una diócesis extremeña, y sin duda un obispo extremeño es mucho más sensible a esta cuestión como lo son los actuales obispos nacidos en nuestra región.

Así que deseamos que el Nuncio proponga y el Papa Benedicto XVI nos conceda un nuevo obispo extremeño para la Diócesis de Coria-Cáceres.

Estanislao Martín Martín **

Coordinador general CEX PREX CREX. Cáceres