WLwos obispos catalanes y vascos son reticentes a participar en la ofensiva crítica contra el Gobierno socialista que impulsan Rouco Varela y los sectores más tradicionalistas del episcopado español. Aunque compartan la preocupación por los matrimonios entre homosexuales, las jerarquías de estas dos autonomías aceptan realmente la separación entre Iglesia y Estado, y son más prudentes a la hora de plantear que su doctrina influya en la regulación de la vida y derechos de los no practicantes.

Por otra parte, en las iglesias catalana y vasca se reconoce que no va a haber retrocesos esenciales sobre la educación respecto de los últimos años, y que lo único que hace la Administración socialista es frenar la contrarreforma que respaldaba el PP. Estas diferencias de sensibilidad entre estos obispos y el sector conservador español son todavía más nítidas sobre cuestiones como la línea ideológica y el tono de beligerancia civil que utiliza la COPE. Pero como el año que viene habrá elecciones para la cúpula del episcopado español, será entonces cuando se visualizará si hay cambios en la correlación de fuerzas y si se opta por una política de mejor convivencia y mayor discusión con el Ejecutivo que preside Rodríguez Zapatero.