TYta sabíamos que los caminos del Señor son inescrutables, pero hay que reconocer que los caminos de algunos Papas son arcanos. Viajar a Turquía, donde habitan millones de islamistas, algunos fanáticos, para reconfortar a 35.000 católicos, es una de esas aventuras que no entienden todas las cabezas, pero que seguro que resulta inteligible para los que están en el secreto de la gnosis. A los no iniciados, contemplar una misa en la que casi abundan más los policías que los fieles, resulta difícil de comprender, pero estoy convencido de que el misterio tendrá su explicación. También debe tener su explicación que los obispos españoles dediquen sus inteligentes cabezas a estudiar los nacionalismos, de la misma manera que tendrá alguna justificación que un colegio de Barcelona haya sustituido el nombre del Colegio Juan XXIII por el de Rosa de los Vientos.

Es probable que el avance pedagógico de los alumnos quedara estancado por el nombre. A lo peor, entraba el alumno al colegio, veía el nombre de Juan XXIII, y no entendía la lección de quebrados. A lo mejor, ahora, ve en el frontispicio Rose dels vents , y entiende lo de las fanerógamas, como si fuera un video juego. Y no digamos los padres de los alumnos que habrán presionado al alcalde por la molestia que les debía suponer que sus hijos fueran a un colegio con el nombre de un Papa, por cierto, conocido en todo el mundo como el Papa Bueno, y puede que el menos criticado y más alabado del siglo XX. Asimismo, el mutismo de los obispos catalanes, que puede escandalizar a algunos católicos, y que no se corresponde con la prontitud con que intervienen en otros muchos asuntos, tendrá su fundamento, que tampoco está al alcance de todas las inteligencias. Algunas voces, más imprudentes e irreflexivas, ya han comenzado a acusar a los obispos catalanes de cobardes y menguados. Y es que hay días en que, te levantas, y no entiendes casi nada, como si carecieras de una rosa de los vientos que, por fortuna, ya guía un colegio de Barcelona.

*Periodista