En el marco de los cursos de verano de la Uex, he tenido la oportunidad de asistir a la presentación de la Memoria sobre la situación socioeconómica de Extremadura en el año 2005 editada desde el Consejo Económico y Social (CES), del que me honro en ser miembro, en representación de la Unión General de Trabajadores.

Se trata del más extenso, exhaustivo y, en gran medida, aséptico retrato de la realidad extremeña del que actualmente se dispone, aunque necesariamente incompleto. Su virtud principal reside en el acercamiento de sus elaboradores a las magnitudes que definen el estado de esta región, sin visiones preconcebidas, y cuyas conclusiones cuentan con el consenso de los principales agentes sociales y económicos extremeños.

Recomiendo vivamente su lectura a todos, en especial a los que a la hora de calibrar el estado actual de las cosas lo hacen desde peligrosos lugares comunes muy cercanos a la catástrofe y, también, a los que parecen vivir cercanos al paraíso confundiendo sus deseos con el entorno. Ni una cosa ni la otra. Los datos que aporta este informe nos ofrecen un panorama de Extremadura como una comunidad dinámica que avanza de forma gradual y positiva, que ha sido la que más ha convergido con la media nacional en los últimos 20 años, pero que continúa padeciendo importantes déficits que le impiden abandonar las últimas posiciones en términos de producción.

Posiblemente también convenga reseñar, por ejemplo, que la agricultura ya sólo representa el 11% de nuestro PIB en un proceso claramente descendente y de relegación. Estamos lejos de esas manifestaciones anticuadas y maldicientes que le echan la culpa a este sector de nuestro retraso comparativo. El problema no es la agricultura, sino que los demás sectores deben ocupar más espacio económico.

Asimismo, la información que nos facilita el Informe del CES nos hace sacar pecho como extremeños en temas como la sanidad, la renta (ya hay tres regiones por debajo de la extremeña en el ranking nacional) la inflación, el crecimiento económico en términos globales, la creación de empleo, las políticas sociales, la calidad de vida, etcétera.

Pero ello no es óbice para que desde esas mismas páginas nos enfrenten a nuestros particulares molinos de viento: las altas tasas de paro y temporalidad, la preocupante siniestralidad, la baja actividad de las mujeres extremeñas y su dificultad para acceder a un empleo, la insuficiente presencia de una industria transformadora, o el excesivo peso de los servicios públicos. Situaciones y causas que se hacen públicas a diario.

XCREO QUEx este informe supone una base idónea para definir el futuro de la región en los próximos años. Ante la definición del enfoque estratégico para el sexenio 2007/2013 en la que (ojalá) sea la última ocasión en la que Extremadura tenga la consideración de región Objetivo 1, nosotros, UGT, como el sindicato más representativo de la región, queremos ser copartícipes activos y responsables del diseño de la utilización de los fondos estructurales y de cohesión que se van a destinar a Extremadura en los próximos años.

Los extremeños tenemos que ser conscientes de que hemos sido una de las comunidades más beneficiadas de la política regional europea de integración y cohesión, habiéndola aprovechado de manera satisfactoria. Pero, más pronto que tarde tenemos que asumir la idea de que vamos enfrentarnos a un escenario con el que tenemos que competir, cada vez con menos muletas y ayudas, con las demás comunidades autónomas y con el resto del mundo. Y para ello, es esencial avanzar en la mejora de la competitividad y la productividad de nuestro sistema productivo.

A la hora de diseñar nuestro particular marco de referencia estratégico, ya no vale prorrogar lo que hemos hecho hasta ahora, las infraestructuras han dejado de ser la prioridad. Sin olvidar el reforzamiento de nuestro tejido productivo y del capital humano, parece evidente que debemos dedicar mayores esfuerzos a la potenciación de una economía más intensiva en investigación e innovación tecnológica para superar las deficiencias que tenemos en este campo.

Estamos a las puertas de un nuevo período de programación. Desde UGT pensamos que será clave para el desarrollo del empleo y la calidad de vida en nuestra región. Las aportaciones de cara al nuevo periodo de programación se convierten en un elemento fundamental. Reivindicamos el papel esencial del diálogo social a la hora de determinar los pasos a dar para aprovechar definitivamente nuestras ganas de progresar de forma definitiva hacia la convergencia con las medias nacionales y europeas.

*Secretario de Política Institucional UGT-Extremadura