TMtaría San Gil , que ha regresado a la política después de vencer una enfermedad, se ha desayunado con unas declaraciones contra el presidente del Gobierno estableciendo una ecuación curiosa: como José Luis Rodríguez Zapatero --que está de vacaciones, desaparecido de la política-- no habla de ETA, esa actitud demuestra que quiere reabrir la negociación. La deducción de la dirigente popular le sirve para establecer una descalificación de la política antiterrorista del Gobierno. Entiende San Gil que de ETA hay que hablar siempre.

Da la sensación de que toda la política del PP con respecto a la lucha antiterrorista se basaba en que el Gobierno mantuviera abierta la negociación con ETA. Una vez que esta se ha cerrado, al PP no le sirven los importantes logros policiales ni la eficacia de la colaboración entre Francia y España que se ha materializado en un rosario de detenciones que no terminan y en haber logrado abortar importantes atentados de la organización terrorista.

La bondad de la situación económica, el importante programa de medidas sociales puestas en marcha por el Gobierno en esta legislatura y la decidida actitud de confrontación con ETA que ha desarrollado el Gobierno deja al PP con muchos flancos descubiertos, porque no acierta a encontrar un discurso renovado del catastrofismo que ha venido desarrollando hasta ahora.

La previsible sentencia del 11-M, si se confirman los parámetros puestos en evidencia durante el juicio oral, será otro golpe en la línea de flotación del partido conservador en donde las revueltas aguas internas han empezado a aflorar con las llamadas de Alberto Ruiz Gallardón a tener acta de diputado, por lo que pudiera pasar. El PP haría bien en cambiar sus obsesiones por un discurso renovado.

*Periodista