TLta reaparición epistolar del golpista Tejero , amenazando con "tirar por la calle de en medio" es la prueba definitiva de que era verdad que la nueva escenografía insurreccional se alimentaba en el caldo de cultivo de la crispación política y mediática promovida. Otros son, y no el Gobierno, los que tendrían que comparecer en el Parlamento para dar cuenta de sus peligrosas conductas que conducen a estas cosas. Sólo falta que ahora se muestren también comprensivos con el alegato del exteniente coronel del 23-F, cosa que no me sorprendería nada. Qué casualidad que Tejero termina su carta pidiendo un referéndum nacional sobre el Estatuto de Cataluña. ¿Dónde habrá oído este hombre semejante propuesta? La carta del supergolpista debería ser para Mariano Rajoy el aldabonazo definitivo para decidir un cambio radical en la estrategia del PP, a la vista de la dimensión que están adquiriendo las amenazas a la democracia, para volver al consenso en las cuestiones básicas y abandonar los tremendismos apocalípticos en materias tan delicadas como la territorial.

Yo no quiero ver ni de lejos al jefe de la oposición y a su partido subidos, aunque sea sólo en apariencia, al mismo carrusel que Tejero y lo que éste representa. No quiero ver al jefe de la oposición en terrenos ambiguos ni en semánticas equívocas, concesivas, complacientes o apaciguadoras con estos enemigos de la democracia y de la paz. A esta gente, ni agua, ni el más mínimo resquicio de comprensión, pues necesitan muy poco para intentar montarla de nuevo. No quiero ver a Rajoy en esos terrenos, por el respeto que le tengo y porque una micra de aliento puede ser un peligro letal. Para que Tejero se haya atrevido a escribir esa carta tiene que haber observado u olido algún colchón, verdadero o falso, sobre el que apoyarse. Algo habrá intuido para copiar a Rajoy la disparatada idea del referéndum nacional. Tengo dicho que no se puede jugar con estas cosas, con esas ocurrencias que carga el diablo y que pueden llevarnos a donde nadie quiere. Estoy seguro de que Zapatero y Rajoy habrán hablado a estas alturas.

*Periodista