Estamos de enhorabuena, en Alemania ya se han atrevido, por fin, a rendir homenaje a los traidores . Ya saben, a aquellos que no se sometieron al nazismo, que incumplieron órdenes, que desertaron, que se negaron a disparar un arma, que escondieron judíos, que traicionaron a Hitler , que incluso intentaron matarlo... Por razones éticas, porque Hitler les parecía un loco, porque les sonaba raro que de repente ¡zas!, los judíos y los gitanos desaparecieran como por arte de magia, porque ciertas órdenes que recibían les parecían extrañas, porque se fueron enterando de cosas que no les gustaban, por un sencillo arranque de humanidad...

Les confesaré que siempre he sentido una especial admiración por este tipo de personas (seguramente porque tienen algo de lo que yo carezco, coraje). Los desertores, los objetores, los que se niegan a cumplir órdenes injustas, los que en un momento dado (tal vez porque de repente se les abran los ojos de par en par) renuncian a la obediencia ciega...

A menudo se trata de gestos de humanidad, no de personas que aspiran a ser héroes. Pueden ser actos basados en grandes principios, o acciones de generosidad, o simple sentido común... ya saben, negarse a disparar en un momento dado, salvar una vida, esconder a un supuesto enemigo o no delatar al perseguido cuya persecución acabará tal vez frente al patíbulo.

Unas veces suponen individuales y valientes gestos heroicos que salvan vidas y ahorran sangre y lágrimas; a diferencia de los grandes gestos heroicos que se hacen en nombre de una patria o de una religión, que generalmente siembran dolor y muerte.

Otras, se trata de acciones colectivas de quienes se niegan a ser criminales. Como el Movimiento Argelino de Oficiales Libres (MAOL), un grupo militares argelinos en el exilio (muchos de ellos en Francia y en España), gran parte de ellos altos cargos, que se negaron a seguir siendo cómplices y denunciaron las atrocidades cometidas por el ejército argelino durante los años ochenta y noventa, sembrando terror y llenando el país de desaparecidos, masacres y demás indignidades. Se marcharon e iniciaron una lucha pacífica, que aún hoy continúa, por la justicia, por la ética y por el respeto a los derechos humanos.

O como los objetores israelíes también, los Shministim , que se niegan a arrasar pueblos palestinos y a ser cómplices de la ocupación y de la brutal violencia ejercida contra la población palestina.

Los habrán llamado a todos ellos, y los llamarán, traidores y antipatriotas. Y yo digo, a mucha honra. Cuando ser patriota supone cometer actos deshonrosos.