Parece increíble el consentimiento -por parte de quienes legislan y administran en nombre de los ciudadanos- de los oligopolios de empresas energéticas, telefónicas y bancarias. Es indignante ver cómo se anuncian incrementos de coste anuales superiores al IPC de forma continuada, cambios en las condiciones de la contratación que implican incrementos de coste para el usuario y disminución de servicios acompañado de reducciones de plantilla. Todo ello junto a incrementos anuales de beneficios de forma sostenible. No fallan nunca a los accionistas ni a sus directivos. ¿Competencia? Me hace gracia cuando nos hablan del libre mercado, sobre todo en esos sectores. Además, si tienes alguna incidencia, observación o necesitas información, no hay problema, tienen un servicio al cliente a través de una línea telefónica que empieza por 902 con la que hacen más negocio. Cuantas más quejas, más negocio. Y si te vas a la competencia, más de lo mismo. Mientras tanto, nuestros dirigentes lo ven, lo consienten, miran hacia otro lado... hasta que salen de la política y se colocan precisamente en esas empresas. Quizá tenga relación su actitud mientras están en activo en política con la recompensa que reciben cuando pasan a la reserva. Lástima que tampoco tengamos mucho donde elegir entre los políticos en activo como para tener esperanza en un cambio real que piense en los ciudadanos.