Seremos todo lo europeos que se quiera, pero desde luego, en esta piel de toro, como antes se decía, se ven cosas que confirman el acierto, aunque sea por una vez y sin que sirva de precedente, de aquel famoso eslogan de Fraga : Spain is different . Lo digo porque por más esfuerzos que hago para imaginarme a un político francés, por ejemplo, defendiendo las bondades del régimen de Vichy y no condenando a Pétain debido a que bajo él mucha gente vivía tranquila, no lo logro. Ni el mismísimo Le Pen creo que se atreviera a sostener hoy en día tal despropósito.

Pero aquí, en efecto, somos diferentes. Aquí sí es posible que un melifluo Mayor Oreja , de voz jesuítica y maneras educadas, se pregunte, como si tal cosa, que por qué va a tener él que condenar el franquismo dada la "naturalidad y normalidad" con la que "muchas familias lo vivieron". O sea, que lamentar pero no condenar un atentado terrorista es, pongamos por caso, motivo para la ilegalización de una fuerza política que, guste o no, cuenta con el apoyo de miles de ciudadanos vascos, pero no condenar un régimen dictatorial que causó la muerte de cientos de miles de españoles se considera propio de un dirigente político con todas las credenciales de demócrata. Que no me digan que la cosa no es chusca.

Aunque, a fuer de ser sincero, tampoco sé muy bien de qué me extraño. Hace nada, en estas páginas, un diputado del mismo partido que Oreja, entre una maraña de números con pretensiones de rigor, y a propósito de si los Presupuestos Generales del Estado favorecen o perjudican a Extremadura, hablaba de "los engañados por este presidente sin rubor (Zapatero ), que juega con la buena fe de sus compañeros y de todos los ciudadanos". Con ese argumento no sé para qué abrumar al lector con cifras. Este, el lector, que no es tonto, quedará convencido por la moderación y las buenas formas del señor diputado, compañero de filas de Oreja. Definitivamente, con esta oposición de opereta los del PSOE pueden dormir tranquilos.

*Profesor