Sólo 4 de 1.374 aspirantes han aprobado el examen-oposición de Enfermero de Atención Continuada del SES. Ello se traduce en que de las 21 plazas ofertadas, 17 han quedado desiertas. El resultado, después de 6 años de espera para una especialidad en vías de extinción, arroja cuanto menos sorpresa por cuanto de los cuatro aprobados uno de ellos ha obtenido una nota de 9,2 y los otros tres un 5. Todo este panorama, que ya ha empezado a generar protestas tanto de opositores como de sindicatos que solicitan la repetición de la prueba, permite extraer como conclusion o que el examen era excesivamente complicado, tanto que ha causado una criba desproporcionada, o los aspirantes acudían al mismo sin la preparación adecuada. Hay que tener en cuenta que buena parte de estos aspirantes son enfermeros interinos que ya trabajan o han trabajado temporalmente en el SES, de lo que se deduce que conocen su profesión, por lo que parece más posible la primera opción de plantear preguntas, cabe recordar tipo test, excesivamente rebuscadas o que conducen a error. El caso es que la sombra de sospecha se cierne sobre este proceso y requiere alguna que otra explicación.