Queridos lectores, desde hoy será esta servidora pública quien les dará su opinión semanal en la columna que muy amablemente me cede este periódico, que acepto con ilusión y con el objeto de dirigirme a los lectores que hasta la semana pasada tenían la oportunidad de seguir las opiniones de Gema Cortés. Quiero desearle el mayor de los éxitos en sus nuevas responsabilidades como portavoz del Partido Popular de Extremadura.

Reflexionando mi primer artículo y el tema sobre el que quería escribir, se me pasó por la mente una imagen que muchos de vosotros guardaréis en la retina. Recordarán en las ferias de los pueblos de nuestra querida Extremadura, el típico puesto de las cajas sorpresa. Tiras de un hilo y a saber.

En este caso, el hilo, pero político, es la ponencia del congreso del PSOE: «(...) equilibrio territorial (...) sin colocar en peor condición relativa a quien contribuye (...)».

Ya sabemos lo que quiere el PSOE para Extremadura.

Lo intuimos cuando Andalucía, Cataluña y Valencia propusieron que las inversiones de los presupuestos fueran acorde al peso que cada región tiene en el PIB, es decir, que se invierta más en las regiones más ricas.

Pero lo terminamos de saber cuando nos encontramos con una ponencia firmada por diputados extremeños que asumen como normal que son los territorios quienes pagan y no los ciudadanos, y que defienden que los que más tienen reciban más.

La portavoz del Grupo Popular, Cristina Teniente, descubrió lo que había dentro de la caja sorpresa y algunos llegaron a interpretar que el asunto no era del interés de los extremeños.

El planteamiento del PSOE supone para Extremadura, según un informe encargado por BBVA, la pérdida de 416 millones de euros al año.

Deberían explicarles a los extremeños que con ese recorte nuestros servicios básicos corren un serio peligro.

Nosotros apostamos por el principio constitucional de solidaridad, que garantiza que cada español reciba servicios públicos de calidad con independencia del lugar donde resida.

Una sola voz en contra de una España a dos velocidades.