LPero más bien la de piloto kamikaze. Con trámite de urgencia, nuestro Gobierno, según las declaraciones de nuestra Ministra de Educación y Formación Profesional, Isabel Celaá, ha anunciado que revertirá el decreto de racionalización del gasto público en Educación, y derogará algunos artículos de la Lomce, así como la obligatoriedad de cursar la antigua «Educación para la Ciudadanía», pero con otro nombre, «Valores Cívicos y Éticos».

En Educación, y parece mentira que una exconsejera no lo sepa, los tiempos sí son importantes, más bien muy importantes, tanto para Educación, los centros, los docentes y los alumnos, como para con el resto de Consejerías, pues existe algo llamado «Presupuestos» que no sólo dependen del Estado, también de las Autonomías y que quizás haya algunas que no puedan de un día para otro afrontar ni la organización, ni la actualización de la oferta educativa, ni cómo sufragar dichas medidas, sobre todo en las comunidades con déficit presupuestario, pero sobre todo para ser garantistas con los derechos individuales y académicos de los alumnos.

El primero que aplaude la derogación de los Decretos de Racionalización del Gasto Público en Educación es el que suscribe, pero si había intención, como el PSOE prometió, de hacerlo en cuanto pudieran, ya se podía haber hecho antes, por ejemplo antes de que se cerraran las plantillas y oferta educativa de los centros, antes que el período de matriculación de los alumnos esté casi terminado, o antes de que los alumnos se hayan matriculado de sus materias. Que si se puede cambiar en un día por Decreto la RTVE, hace un mes que se podía haber hecho y si no se ha hecho con carácter de urgencia antes, ahora sólo te queda esperar a que algunas medidas entren en vigor con las mayor de las garantías para el alumnado y profesorado para el curso escolar 19/20, sobre todo en cuanto a materias.

Quiero pensar, unque lo dudo, que la tramitación de urgencia de estas medidas a destiempo sólo obedece a la política de spots publicitarios, que debe el actual Gobierno realizar para mantenerse en el mismo, y contentar a aquellos que lo sustentan, pero hay ciertas cosas que se deben respetar, a pesar de los pesares, la Educación y la Sanidad. La Sanidad va por año natural, pero la Educación no. En Educación, el año acaba en junio y empieza en septiembre, y un curso escolar que empieza en septiembre se ha cerrado en julio y no acabará hasta junio del año natural siguiente. Extremadura ya ha cambiado tres veces de curriculum en dos años.

Me pregunto dónde quedaron aquellos deseos del propio PSOE de una Ley de Educación consensuada por todos, más allá de los intereses políticos, y con una financiación suficiente. A las primeras de cambio, ya no existe ni Pacto ni consenso ni estar por encima de los partidos. Una reforma express, sin consulta al profesorado, ni a las familias, ni a la comunidad educativa.

No digo que en algunas cosas no se deban hacer, pero las cosas no se hacen así, a espaldas del profesorado, las familias, y la comunidad educativa, al menos en Educación. Y además…esas palabras son suyas….no mías…y no estamos para pruebas pilotos, por mucho perrito que haya tocado en la tómbola.