Tras ingresar el día de su 77 cumpleaños en el Hospital Infanta Cristina de Badajoz para someterse a una intervención quirúrgica, el pasado sábado día 28 de octubre, su cuerpo no soportó el postoperatorio y expiró. ¿Quién en Plasencia no ha escuchado el sonido del golpeteo de su bastón, que le precedía abriéndose paso, mientras cantaba su incansable: «¡para hooooy!»

Natural de Oliva de Plasencia pero afincado en Plasencia y ciego desde los 12 años a raíz de padecer una meningitis, comienza con 18 años a trabajar en la Organización Nacional de Ciegos de España (O.N.C.E.), hasta enero de 2003, cuando, tras 44 años trabajando, se jubila.

Casado con Josefa Rivero Rivero (1944-1999), natural de Arroyomolinos de la Vera, formaron una familia de dos hijas: Sofía y María y tres nietos: Jerónimo, Sofía y Marcos.

Sus señas de intentidad: el humor y la bondad. En palabras de su hija Sofía: «Siempre estaba feliz» y esta felicidad la transmitía repartiendo caramelos entre sus amigos. .

Sus restos descansarán en el cementerio de la ciudad, junto a los de su esposa.