El AVE Madrid-Francia sufrirá otro retraso más. El consorcio empresarial que había de explotar el tramo internacional de Figueres a Perpiñán no ha llegado a un acuerdo con los gobiernos de los dos países que le garantice la rentabilidad de la obra, y se deberá realizar una nueva concesión. La llegada a la frontera, anunciada inicialmente para el año 2005, puede demorarse hasta el 2009, según se confirmó ayer.

Fomento demuestra de nuevo que no ha estado a la altura. Durante nueve meses, junto con el ministerio francés, ha negociado sin resultado con las empresas (Dragados y Bouygues) a quienes adjudicó la explotación de este tramo ferroviario, el primero de gestión privada en España. Con éste son ya demasiados los retrasos. La definición del trazado del AVE, la planificación de las estaciones y el seguimiento de la ejecución de las obras han sido desastrosos. Este nuevo fracaso demuestra además que el reparto de contratos (incluyendo la construcción de los trenes aún inexistentes de Talgo) reserva aún muchas incógnitas. La insistencia del ministro Alvarez-Cascos en que el AVE sólo sufre pequeñas incidencias que no son achacables a su gestión cada vez resulta más insostenible.