Todos nos encontramos estos días sobrecogidos ante la magnitud de la tragedia que los incendios forestales están suponiendo para Galicia y, en consecuencia, para España entera.

Mucho se está especulando sobre las causas. Seguramente son múltiples y variadas, además de las que provienen de la man criminal de personas sin escrúpulos ni conciencia que pretenden acabar con esa bella región que hasta hace poco era sinónimo de frescura, verdor; estas últimas, ojalá pronto sientan sobre sus hombros la firme mano de la ley, ya que el estado de derecho no nos permite aplicarles la justicia que en momentos de acaloramiento pudiéramos desear para ellas.

Está claro que con lamentaciones esto no se soluciona, por lo tanto, hay que poner, aún más, manos a la obra, para intentar que los veranos venideros no estemos lamentando tragedias parecidas a las de que este año compatriotas nuestros se ven obligados a enfrentarse con harto peligro para sus vidas, desastre para sus haciendas y catástrofe para el medio.

Por ello quiero lanzar una idea, por si personas con más entendederas que yo en materia de ganadería les pareciera buena.

El campo de ha abandonado, la ganadería prácticamente ha desaparecido de los montes, la limpieza debe ser muy difícil llevarla a cabo con la eficacia necesaria; y esto sí sería una buena prevención, por lo tanto ¿por qué no se reintroducen los ganados autóctonos en los pueblos españoles? ¿Alguien ha visto un incendio en el suelo pastado por ovejas? Además de potenciar la ganadería hasta las máximas cotas posibles, propongo que las administraciones autonómicas introduzcan ese tipo de ganado en los bosques españoles; cuidados por profesionales dependientes de dicha administración. O sea, aunque parezca una broma, si no hay más remedio hagamos depender directamente de la comunidad (empezando por la nuestra) rebaños en cada uno de nuestros semiabandonados pueblos. Puede ser caro y desolador va a resultar recuperar lo quemado este año en Galicia y quien sabe si otro en cualquier punto de la extensa geografía nacional.

Recurro nuevamente a los que saben más que yo, para que luego perfilen todos los flecos y para que esta disparatada idea se intente llevar a cabo antes de que no quede nada que pueda ser quemado por las posteriores generaciones de pirómanos, enfermos, imprudentes o despechados.

Pablo Vicente Vicente **

Plasencia