TLta OPA hostil --en terminología bursátil-- de Gas Natural contra Endesa lleva camino de eternizarse, con un desgaste considerable para las dos compañías, para sus accionistas de referencia y para las instituciones. Está claro que lo sustantivo es la satisfacción de las demandas de los usuarios y los intereses de los accionistas. Pero hay algunos datos que empiezan a demostrar que los intereses políticos son ciertos. La más importante evidencia es el dictamen de la Comisión Nacional de la Energía -que encabeza Mayte Costa, una funcionaria plenamente identificada con José Montilla, con un informe redactado por Ignasi Nieto, también cercano al Ministro de Industria- bajo sospecha de parcialidad. Por si el asunto pudiera enredarse más, se ha conocido la condonación que La Caixa ha hecho de una deuda de seis millones de Euros al PSC-PSOE.

Con esos parámetros, lo que se está haciendo tiene muchas aristas que deberían subsanarse. En primer lugar, los responsables de la operación tienen la obligación de impedir una progresiva politización del asunto, toda vez que la OPA ha coincidido en el tiempo con el debate y la tensión acumulada alrededor del proyecto de Estatuto catalán. La presencia de importantes instituciones con un arraigo catalán, como La Caixa y, en parte, Repsol, hacen que la delicadeza en la operación sea todavía una asignatura pendiente sobre todo para no facilitar munición a la pelea política.

Nada sería más deseable que una negociación entre las partes que pusiera las condiciones de un acuerdo amistoso entre las dos grandes compañías. Independientemente de las sinergias que se puedan crear, hay algunos aspectos polémicos que pueden complicarse si alguno de los organismos decisivos entiende que la competencia puede verse afectada. Con un escenario en el que están instituciones como Endesa, Repsol, Gas Natural, La Caixa y Caja Madrid, entre otras, no se entiende que no haya margen para el encuentro. Y no se concibe que personalidades empresariales como los presidentes de Endesa, Repsol y La Caixa no encuentren un lugar para entenderse. Repsol y Endesa son dos gigantes de la energía, no sólo en España sino en Latinoamérica. El entendimiento entre estas dos compañías sería la mejor solución para los intereses españoles en ese continente y, sobre todo, para los consumidores. Si prima otro tipo de intereses en esta operación bursátil, sería hora de dejarlos de lado, porque lo fundamental es que el sentido de la responsabilidad esté por encima de tentaciones políticas, de operaciones de despacho y del desdén de los accionistas y los consumidores.

*Periodista