El gran Pacto por la Educación ha fracasado, ahora solo queda trabajar por acuerdos puntuales de mejora que desde luego tienen que salir, sí o sí. La postura del PP creo que era más que previsible, acertada o desacertada, pero a nadie le sorprende, más ha sorprendido la de otros grupos y colectivos.

Desgraciadamente la rotura del Pacto va mas allá de soluciones educativas al fracasado y obsoleto modelo actual, y como siempre es y será, aunque nuestros políticos disfracen la hipocresía, el rédito electoral, tanto de unos como de otros. Si el PP quiere con la ruptura sacar rédito electoral no es achacable por parte del PSOE que con el Pacto pretendía lo mismo, pues para sacar adelante las reformas no les es necesario el apoyo de los populares.

Sin embargo el PP se ha equivocado, la sociedad sí demandaba ese pacto, también el profesorado. Es más, podría no gustar muchas cosas y faltar otras tantas pero introducía mejoras sustanciales, como son: la valoración del rigor, la excelencia y el esfuerzo; el carácter orientador del 4º curso de ESO, con dos modalidades abiertas al Bachillerato y a la FP; el inicio más temprano de los programas de cualificación profesional inicial; el aumento del peso específico de la FP; los cambios previstos para el modelo de dirección y la profundización en la autonomía de los centros; la elaboración de un Estatuto Docente; la carrera profesional; mención expresa al refuerzo de la autoridad moral, académica y profesional de los docentes que nos permitirá seguir incidiendo en el reconocimiento de la consideración del docente como autoridad pública y el compromiso de prorrogar la jubilación anticipada LOGSE hasta al menos la firma del Pacto de Toledo.

También faltaban cosas, como la vertebración y cohesión del sistema educativo: enseñanzas mínimas comunes y garantía del derecho a la lengua común en todo el Estado, y el mantenimiento del carácter estatal de los cuerpos docentes, y por supuesto --y ahí tiene razón el PP-- no mostraba claros síntomas de alejamiento al virus letal que padecen nuestros jóvenes, la LOGSE, que aunque alguno no quiera reconocerlo es la peor ley educativa que espero conozca España, en un futuro hasta sus defensores la pondrán en duda.

Ahora nos queda otra posibilidad, la de acuerdos puntuales y concretos más en la línea del PP y con más futuro de ser cerrados por una simple cuestión de lógica: si cierro un Pacto Global y gobierno en breve, me hipoteco una supuesta reforma educativa, sin embargo, si suscribo acuerdos puntuales de mejora tengo un filón para ir aprobando aquello que me interese, pero administrado en pequeñas dosis hasta que pueda sacar mi reforma .

El Rey ha muerto, ¡Vivan... los príncipes!