WEwl presidente de Adif, el ente que gestiona la red ferroviaria española, Antonio González Marín , confirmó el jueves en el Senado la descomunal factura que se deberá pagar por la chapuza en que se ha convertido el AVE de Madrid a Lérida y Barcelona. Algunas reformas han costado tanto como el presupuesto inicial, y sólo el mantenimiento del trazado exigirá 33 millones de euros en el 2006 --el triple que el AVE Madrid--Sevilla--, lo que supone unos 30 euros por billete vendido. Con estos costes, la explotación de la línea puede ser ruinosa. Sólo tendrá rentabilidad social y económica cuando ofrezca el servicio para el que se proyectó. Pero llegar a Barcelona en el 2007 es aún un objetivo difícil , y sigue envuelto en el misterio cuándo alcanzarán los trenes los 300 km/h. Ya no se puede reclamar responsabilidades políticas a los culpables del desastre: el ministro de Fomento Francisco Alvarez-Cascos , retirado de la vida política, y el secretario de Estado Benigno Blanco , volcado en la organización de manifestaciones contra los matrimonios gays y la LOE. Pero sí se puede exigir que de los expedientes abiertos por el Adif se deriven responsabilidades económicas para las empresas que fracasaron tan rotundamente en este tendido del AVE.