Anda España escandalizada por la libertad de los individuos de la Manada y aunque algunos dicen ver el fallo ajustado a derecho, supongo que tan solo los familiares y amigos muy íntimos de los agresores, ellos mismos y su abogado están de acuerdo en que semejantes tipos se encuentren en la calle. Mucho más cuando un voto particular del tribunal afirma que con esta medida no se garantiza del todo la seguridad de la víctima. Llámenme exagerada, pero entiendo que solamente esta salvedad sería suficiente para mantener a los condenados en la cárcel, pues el mensaje que la sociedad percibe, esa sociedad que no entiende de jurisprudencia pero es la que conforma la vida que vivimos, con sus injusticias y sus terribles fallos del sistema, es el de que se garantizan más los derechos de los agresores, que ya no son presuntos aunque lo sean provisionalmente, que el de la víctima.

Porque, sin adornos, resulta que sale barato agredir a una mujer, y no, no podemos ir tranquilas por la calle, y no, no estamos en condiciones de igualdad con los hombres. Por eso entiendo el grito de indignación que se extiende por las ciudades y pueblos españoles, y al mismo tiempo me alarma que este sea un país donde un aspirante a presidir el principal partido de la oposición y el que más diputados tiene en el congreso, se permita ridiculizar a sus contrincantes femeninas, abogadas del Estado con probada solvencia, profiriendo el calamitoso aserto de que las primarias no son un concurso de miss América, no son un concurso de belleza. Querría decir el hombre que para presidir un partido serio como el PP, se necesita un machito como él, porque está sobradamente probado que las mises son tontas de constitución.

De acuerdo, el señor Margallo se retrató, pero al contrario de cuando Monedero le echó los brazos a Santamaría, el prepotente comentario ha pasado bastante desapercibido, como si no encerrara una enorme gravedad. Una prueba fehaciente de que puede que España no sea hoy un país machista, pero sin duda es un país donde campan a sus anchas los machismos.

*Profesora.