Hay momentos trascendentales en la vida de las personas. Y en la de los pueblos. Momentos que no pueden despacharse a la ligera. Por eso resulta salvajada extrema la deriva voluntarista para liquidar siglos de historia en común bajo excusas demagógicas, mentiras históricas e interpretaciones sesgadas.

Vuelve a la carga el nuevo presidente de la Generalitat de Cataluña, llamando a lo que no es sino empecinamiento en su voluntad, voluntad de diálogo, y pretende imponer al presidente del Gobierno, que también es su presidente, que ese diálogo es posible, como si las palabras pudieran transformar la realidad, cambiar la historia, convertir la voluntad de unos pocos en verdad y transformar razonamientos racistas, supremacistas y excluyentes en filosofía democrática de vida y satisfacción de la voluntad de un poble, que en realidad solo es satisfacción de la voluntad de unos cuantos catalanes que prescinden de la mitad de aquellos a los que dicen representar.

Este Torra, admirador de los que consideraron que un cráneo de Matadepera es muy superior a uno de Montehermoso, estaría deslegitimado desde el mismo día en que se conocieron sus ideas y su consideración como bestias sin alma de aquellos catalanes que no hablan catalán, en cualquier territorio que no sufriera realmente un importante déficit no sólo democrático, sino ético. Hagánselo mirar todos aquellos que lo apoyan. Sobre todo esas izquierdas que tanto presumen de superioridad moral.

No, las palabras no transforman la realidad, por mucho que Goebbels se empeñara. Afortunadamente él y sus ideas fueron derrotados hace mucho. Pero el que habla, y más si es personaje público, debe hacerse responsable de ellas. Un sujeto como ese, que ha pedido perdón por lo que ha dicho pero no por lo que piensa, no está en condiciones de exigir nada sin condiciones, ni al presidente del Gobierno de España, ni al revisor del AVE. Esclavo es de las barbaridades que profirió. Ingenuos y un poco bobos los que piensen que con este individuo de melifluos ademanes y pensamientos bellacos se puede conversar con garantías.