WEwl lendakari Ibarretxe prometió el martes en la Moncloa apoyar el liderazgo de José Luis Rodríguez Zapatero en la consolidación del alto el fuego de ETA. Pero no ocultó su ansiedad por iniciar cuanto antes una segunda fase para buscar la normalización política de Euskadi mediante un acuerdo de las fuerzas políticas y la posterior consulta popular. Se avino a demorar la convocatoria de la mesa de partidos, pero parece estar más interesado en resucitar su viejo plan que en ponerse en sintonía con la nueva situación que ha creado el anuncio de la organización terrorista. El presidente del PNV, Imaz, mas lúcido, defiende a Ibarretxe, pero considera que ahora lo prioritario es lograr la pacificación real, y que luego ya se hablará de política.

El PNV tiene que administrar con prudencia tanto su fuerza como su capacidad de catalizar de forma positiva la evolución de los acontecimientos en Euskadi. Finalizada la violencia y con una izquierda aberzale legalizada, el PNV tiene que encontrar su lugar natural como eje de un nacionalismo institucional y templado que enlace con el centro sociológico del país. Es imprescindible blindar la complicidad entre Zapatero y el PNV, necesaria para el éxito tanto de la pacificación como de la normalización.