Profesor

A lo largo de la historia, los hombres han unido la imagen de un ave con la dignidad. Así, los egipcios consagraron el pájaro ibis a Anubis. Los griegos fueron más prolíficos. El águila portaba los rayos de Zeus (de Júpiter en Roma); la lechuza, cuyos grandes ojos brillan en la oscuridad, era el pájaro de Minerva, por eso los filósofos la tienen en tan gran aprecio, pues por lo visto son los únicos capaces de ver en la oscuridad, pues ya me dirán si no brillan en la oscuridad los libros de Hegel; el pavo real, por su arrogancia y lujo, de Hera o Juno. En las culturas precolombinas cabe destacar al pájaro quetzal, sagrado para los mayas y para De la Quadra Salcedo. La pajarería del cristianismo está repleta y ni siquiera se libró el Espíritu Santo, que se ve representado por una paloma, san Juan el evangelista, por el águila, santo Domingo de la Calzada por la célebre gallina (de su leyenda procede aquello de "cantó la gallina") y san Nicolás de Tolentino, como es un santo de segunda fila, se hubo de conformar con la perdiz. O acaso era cazador. Ahora bien, el ave más famosa es el Ave Caesar morituri te salutant , frase que según Suetonio gritaban los gladiadores inmediatamente antes de saltar al combate en el que la mayoría de ellos morirían. En el siglo XXI continuamos con la adoración de las aves, pero como estamos en la posmodernidad adoramos a un monstruo producto de la tecnología capaz de alcanzar velocidades que nunca alcanza debido a los socavones y la escasez de los presupuestos.

Según parece, el tal AVE pasará por Extremadura, aunque no se sepa cuándo. Quizá hacia el año 2020, pero ya han surgido los primeros problemas. ¿Dónde debe parar? Hace unos días todo estaba claro. El ministro de la cosa había prometido que pararía en todos los sitios. Incluso a mí me aseguró que se detendría en Tornavacas, aunque a lo mejor lo dijo para que le regalara una caja de cerezas. Ahora resulta que solamente hay tres paradas fijadas. Por cierto, que parece una bobada que pare en Badajoz y en Elvas, pero habrá alguna oscura razón incomprensible para la chusma. Puesto que Trujillo sufre la condena eterna de ignorar lo que es una estación ferroviaria, los problemas (pendientes de lo que digan en Carmonita) se centran en Navalmoral (de la Mata) y sobre todo en Plasencia, porque el hecho de ser obispado y la capital de la zona norte exige entrar en el progreso montados en el AVE. En fin, que estaremos una temporadita entretenidos discutiendo las paradas sin preocuparnos si de verdad se hace, cuándo y qué beneficios reportará, así como las inversiones que hemos de llevar a cabo para rentabilizarlo.

A mí lo que me preocupa es el lugar de la parada en Cáceres. Dado el caos del tráfico en la ciudad, la escasa vigilancia, los poco aparcamientos para carga y descarga, mucho me temo que la coloquen delante de mi cochera, pues pensarán "si hasta ahora es la parada de los camiones del butano, de las bebidas, de los detergentes y de los automóviles de los bebedores de café o cerveza, porque pare uno más no pasa nada". Orozco que te conozco.