TDtice el abogado de un presunto homicida que la pena puede serle reducida en caso de ser declarado culpable porque estaba bebido. Digo que dadas las paradojas legales, al igual que en el caso del etarra De Juana con la gravedad de las penas por lo escrito y hablado a favor del terrorismo que compiten con la gravedad de lo disparado y muerto, con esas paradojas este presunto homicida de la plaza de Albatros hubiera arruinado su vida si después del suceso, se le hubiera detenido en un control de alcoholemia conduciendo su automóvil. ¿Cómo es posible que la misma sustancia sirva de agravante y atenuante a la vez? ¿Cómo es posible que la justicia que se la coge con papel de fumar para excarcelar a un joven detenido y condenado por llevar jachís hace ocho años, y totalmente reintegrado en la sociedad, tenga que hacer filigranas a la hora de retener en la cárcel a una alimaña que tiene una sentencia de tres mil años de cárcel y que está deseando salir de prisión para poner en marcha la maquinaria sanguinaria que intenta dirigir desde prisión? ¿Cómo es posible que en esta sociedad que sufrimos exista más celo a la hora de reprimir a los fumadores que a la hora de reprimir a los violentos que campan a sus anchas por fiestas, discotecas, botellones y otros eventos? ¿Cómo es posible que un individuo con antecedentes lleve una pistola en el bolsillo? Una cosa es la libertad y otra, el respeto a la ley siempre que la ley se haga respetar. Una cosa es velar por la salud y otra, el puritanismo. Somos una sociedad puritana al aplicar medidas (no les cuento con lo del cinturón de seguridad) y frívola a la hora de analizar la lógica de muchas de esas medidas.

*Dramaturgo y director del

Consorcio López de Ayala