Anteayer conocíamos los datos de empleo que ofrece la Encuesta de Población Activa. En el conjunto de España, las cifras son positivas, en la medida en que se continúa con una tendencia al alza en la creación de empleo. Sin embargo, en Extremadura, los datos no han sido tan halagüeños. Nuestra región ha sido la única comunidad en la que ha aumentado el desempleo durante 2016. Hemos terminado el año con 900 parados más y 2.000 ocupados menos. Y alcanzamos cifras tan estremecedoras como la de los 141.000 parados, o lo que es lo mismo, un 28,31% de la población activa en paro.

Quien, a la luz de estos datos, no esté preocupado ni enfadado, o es un inconsciente, o un pasota o un lerdo. Porque los números son algo más que grafías. Tras cada parado, hay una tragedia personal o familiar. Y en nuestra tierra, esos dramas del desempleo rebasaron, hace ya bastante tiempo, los límites de lo soportable.

Llevamos una vida entera en el furgón de cola de nuestra nación. Mientras que otras comunidades han sabido sobreponerse a dificultades históricas, nuestra región siempre anda a la zaga del penúltimo, conformándonos con no ser los últimos. Y ya va siendo hora de exigirse algo más. Ha habido sobradas oportunidades para darle un impulso decisivo a nuestra economía, y se han dejado escapar todas ellas. No podemos echarle la culpa a nadie. Los extremeños somos los responsables, porque nosotros hemos puesto nuestro destino en manos de quienes nos llevan rigiendo décadas y décadas. ¿Y qué hemos tenido? Conformismo, anécdotas. fuegos de artificio, distracciones… Pero, ¿hemos prosperado? Sí, claro, como todos. ¡Faltaría más! Pero, ¿hemos prosperado todo lo que podíamos? Tajantemente: no. Nos han llovido millones de Europa para aliviar las herencias de un pasado que no fue generoso. Pero, en lugar de invertirlos, los hemos derrochado. ¿Y a partir de ahora qué? Porque eso que nos llovió va a dejar de ser. Tenemos gente con talento. Tenemos materias primas que para sí las quisieran muchos. Tenemos un entorno natural envidiable. Tenemos terrenos extensos. Tenemos sol y agua. No tenemos excusa si no sabemos aprovecharlos. Otros, con menos, supieron hacer más.