Secretario general de

MCA-UGT Extremadura

Cada vez que las estadísticas del mercado laboral nos son adversas en Extremadura y las mismas ponen de manifiesto que somos la comunidad con mayor índice de desempleo y con mayor número de trabajadores precarios, parece que todos nos rasgamos las vestiduras y nos ponemos a buscar culpables; eso sí, cuando en contadas ocasiones las cifras de desempleo descienden, todos corren a apuntarse ese descenso, aunque la realidad demuestre que se tratan de insignificantes destellos que en muchas ocasiones sólo son un espejismo.

Dicho esto, hay que tener en cuenta que el paro en Extremadura no es un problema coyuntural sino estructural y ello responde a la propia estructura del sistema productivo que tenemos y que si bien en los últimos veinte años se está intentando cambiar, el ritmo es de velocidad de tortuga y no de una velocidad de vértigo. Si tenemos en cuenta cual ha sido el sistema productivo de Extremadura, éste ha estado basado en el sector primario, acompañado por el sector servicio, sector construcción y un raquítico sector industrial. Si tenemos en cuenta el cambio producido en las últimas décadas, éste no ha tenido un revulsivo significativo. Extremadura sigue teniendo un sector agrario importante, aunque se ha producido un descenso en la población activa y ello ha sido debido a la importante actividad que durante un ciclo largo viene teniendo el sector de la construcción. Es por ello que trabajadores que antes pertenecían al régimen especial agrario, hoy están dados de alta en el régimen general en el sector de la construcción, de ahí que en estos momentos la población activa de construcción esté por encima del sector agrario (14,07% construcción, 13,17% sector agrario). Si bien el sector servicio ha experimentado un importante aumento y representa el 62,34%, no se puede decir lo mismo del sector industrial, pues tan sólo representa el 10,42% de la población activa, mientras la media en España es del 18,90%.

Con esta estructura productiva y por ende del mercado laboral, no se por qué se asombran los representantes políticos y sindicales cuando se incrementan las cifras del desempleo y aumenta la precariedad, pues tanto el sector agrario como el de la construcción y una parte del de servicio son sectores que por su propia naturaleza son precarios, con independencia de que las empresas estén haciendo un uso abusivo de la contratación temporal y no caiga sobre ellos la vigilancia y el control de la administración y de las inspecciones de trabajo.

Por último, decir que los planes de empleo o de industria no son la panacea, porque si lo fuesen, desde el año 1988 que se firmó el primero, no estaríamos en los niveles de desempleo en los que nos encontramos y esperemos que el nivel de actividad que hoy tiene el sector de la construcción no descienda, ya que éste está actuando de red para amortiguar la caída del empleo. Pero si esta red se rompe, no hay nada debajo, por lo que los índices de paro en Extremadura pueden ser preocupantes políticamente.

A modo de conclusión diré que soy de los convencidos que Extremadura necesita un sector industrial con más peso en la estructura productiva y en el empleo. También soy de los convencidos que los planes de empleo e industria por sí solo, están demostrando que los avances son lentísimos y a la vista de la situación, hay que plantearse el abordar un sector público empresarial desde los gobiernos central y autonómico, poniendo en marcha un observatorio industrial y un estudio serio y riguroso de las potencialidades de Extremadura.