TEtl viaje es camino y calzada, marcha y peregrinaje, procesión y ruta que cantaron muchos escritores: "Se hace camino al andar", diría Machado. Frase acuñada para siempre, porque el hombre es viajero por naturaleza. San Agustín hablaba del "homo viator". Se ha dicho que tal itineración le ha convertido en un ser con un pie por delante y un horizonte que le seduce por desconocido y fascinante, al verse impelido por ciertas fuerzas, como, por ejemplo, la odisea de un éxodo político. Viaje que puede ser, también, meta de placer, drama y sueño, o profundo deleite ante una atracción turística de aventura inolvidable. O búsqueda de mil cosas. Por todo ello, siempre el viaje será metáfora de la vida, pues Dios creó el mundo y lo pobló, mientras daba alas a hombres y mujeres para su traslado a otras tierras, ya buscando la sorpresa, el negocio rentable o el simple disfrute.

Connotaciones viajeras que estimulan a todo tipo de gentes, siendo muchos quienes viajan por mil razones. Sobre todo, en ciertas épocas abiertas al solaz del espíritu y a tantos pasatiempos que nos hacen felices, tras algún tiempo sometidos a la rutina diaria del trabajo y a la dedicación profesional que tanto nos absorbe. Por eso, el mundo se hizo un inmenso carril por donde transitan inacabables caravanas de coches, barcos, trenes y aviones, todos ellos con los últimos adelantos en velocidad y confort, a través de continentes, espacios aéreos, mares y océanos. "Europa es la historia misma de la peregrinación", escribe Goethe. De ahí que, con frecuencia, el destino puede ser un santuario o lugar sagrado, ciudad antigua, concentración deportiva, evento mundial o cualquier motivo que concite verdaderas satisfacciones, como las que dan los circuitos culturales en plena vigencia. Pero en esta época, los viajes, especialmente en vacaciones, se han hecho universales por obvias razones; por lo que, si en tiempos pasados, se realizaban, sobre todo, por razones de utilidad, hoy se hacen por muchos motivos, con el turismo absorbente que todo lo anega. Hasta la más humilde villa puede llegar a abarrotarse de toda clase de vehículos, para un sugestivo encuentro tras la alegría familiar, el abrazo y el saludo entrañables, aunque se haya tenido que viajar desde los más remotos lugares. Motivos que a todos seduce, debido a que, en tales rutas viajeras, se halla, desde siempre, uno de los más apetecidos placeres humanos.