No será el general retirado Jay Garner la máxima autoridad que administre la posguerra de Irak, sino un civil: Paul Jerry Bremer (Connecticut, EEUU, 1941). Eso sí, un civil experto en terrorismo y diplomático de la línea dura en sintonía con la tendencia de los halcones que dominan en el entorno de Bush.

Licenciado en Administración de Empresas, Bremer fue embajador en varios países y asesor ejecutivo de seis secretarios de Estado de la Administración republicana. Fue la mano derecha de uno de ellos, Alexander Haig, quien en 1981 causó estupefacción en la democracia española por su declaración sobre el golpe frustrado del 23-F. "Es un asunto interno entre españoles --anunció--. No tengo nada más que decir".

Además de su actividad política, Bremer ha trabajado en el bufete profesional del exsecretario de Estado Kissinger y en la aseguradora Marsh, a la que asesoró con sus conocimientos sobre terrorismo, violencia callejera, desastres naturales, etcétera. En 1996, advirtió al presidente Clinton de la necesidad de actuar contra Estados peligrosos (Irak, Irán, Siria, Afganistán y Corea del Norte, entre otros). Y en junio del 2000, 15 meses antes del 11-S, alertó de que grupos terroristas trataban de organizar "un atentado catastrófico en EEUU que podría causar decenas de miles de muertos". Información privilegiada, sí señor.