Hablemos, deseemos y trabajemos por la Paz para todos al estrenar el año nuevo! No hay cosa más útil que la Paz. Sus consecuencias llena de dulzura la vida. Nunca creí en las palabras de Dostoiewsky, cuando en su libro Diario de un escritor dice: "Una paz prolongada hace al hombre bestial y feroz... Engendra crueldad, vileza y un tosco egoísmo". Tiemblo al pensar: en el potro y en la hoguera; en la bomba atómica y en los niños que mueren de hambre; en los millones gastados en armamento y en los misiles que esperan en los silos salir a destruir. Sueño con la vida libre como el aire que no es de nadie, nadie, nadie... Suenan tambores de guerra, mientras nos cruzamos mensajes de paz. Hay una bella tarea que hacer. Sembrar la paz. En los deportes y en los espectáculos; en el tráfico y en el diálogo entre los hombres se palpa la falta de paz y tranquilidad. Oímos palabras agresivas y los tacos más soeces. La impaciencia, las injusticias, la insatisfacción, la prisa, la competitividad rompen el equilibrio de la concordia. El hombre ciego y ambicioso pone en peligro la propia subsistencia. Los científicos advierten de los daños irreparables causados a la naturaleza y llaman la atención sobre la destrucción de la capa de ozono y el efecto invernadero . Se envenenan los mares con los vertidos, algunos son ya verdaderas cloacas, muerte en las fuentes de la vida. Cultivemos la paz en todos los niveles, pues la paz que no está brotando continuamente cede el lugar a la destrucción y muerte.