TUtna vez que se llega al poder, comienza lo que es su reparto, que es como el gordo de la lotería de Navidad sólo para unos cuantos, y después está la popular pedrea, que así se llama desde la etapa del general Franco.

¿Qué es la pedrea? Hay de todo. Hay una pedrea, que es la pedrá porque se trata de un cargo donde la cosa no baja de treinta millones de pesetas anuales y a renglón seguido viene lo que es la pedrea en sí que es un reparto menor, bien engordado durante los mandatos del Partido Popular, que te ayuda para comprar joyas, flores, vestidos y estancias en el Líbano cuando se iba allí y ahora son las islas del Mar Egeo, etcétera.

Por regla general se corre un tupido velo de este reparto, donde todos los grupos políticos cierran filas, y no se habla para nada, pero el caso es que la ayuda no deja de ser multimillonaria a la larga, pues si te largan nada menos que mil euros por sesión en una vocalía de un patronato, pues tú pones cara de tonto. Todo menos funcionarizar estas vocalías como sería de desear y no digamos las canongías en Telefónica, o en Planeta Agostini, etcétera.

Me temo, que el Partido Socialista que va a cambiar la televisión pública, y las formas y las maneras de todo, (curiosamente Mariano Rajoy pedía 15 minutos para sus ironías tristonas), la pedrea no sólo no la va a cambiar, sino que ya ha comenzado el reparto, y desde estas pocas líneas felicitamos a los que han sido apedreados, y les deseamos que sean muy felicites con su suerte.

La cara del exministro Angel Acebes, las ironías falsas de Mariano Rajoy, el cabreo general, está enraizado en esta triste pérdida.

*Escritor