Catedrático de Biología Celular

Hace años, alguien llamó a China peligro amarillo. El cliché racista predecía que miles de millones de chinos, en marea humana, invadirían el planeta. Ahora, el peligro es el SARS. La neumonía, iniciada en China, causa alarma porque es una enfermedad desconocida y grave, de alta mortalidad, a causa de la disminución de la capacidad inmunológica del enfermo. Pero inicialmente tiene poca capacidad de contagio.

Quizá lo peor del SARS sea el brote de racismo que ha provocado. Los negocios chinos se resienten, y sus restaurantes están vacíos. Hay quien quiere echar a un asiático del metro y no sabe que su vecino de asiento, europeo, está cargado de coronavirus.

Como siempre, hay más peligro en los cerebros que en las vías respiratorias.